Unidad de Hematología

Hospital Metropolitano de Jaén

La Hematología es una especialidad clínica profundamente unida a los métodos de laboratorio, lo cual hace que el hematólogo clínico tenga que recurrir a ellos para efectuar la exploración directa de la sangre y de los órganos hematopoyéticos.

Actualmente la especialidad engloba a cuatro facetas muy relacionadas entre si; La transfusión e inmunohematología, la morfología y biología hematológica, la hemostasia y trombosis y la clínica hematológica.

Cartera de Servicios

Funciones Generales de los Especialistas

La asistencia especializada incluye la práctica de las técnicas exploratorias (estudio de médula osea), en su caso, habituales de la especialidad, y abarcará tanto la asistencia ambulatoria como la domiciliaria y la de en régimen de internamiento.

– Asistencial

La función asistencial representa uno de los pilares básicos de la profesión médica, su actividad se desarrolla en servicio médico o unidad asistencial, integrados o dependientes a su vez en la estructura de un centro hospitalario.

Se valorará las exploraciones complementarias a realizar sobre la base de su coste, riesgos, información que se espera de ellas, decisiones que dependen de su resultado y en último extremo el valor científico que se deriva de las mismas, además tomara las decisiones terapéuticas que permitan mejorar o curar a los pacientes con el menor riesgo, coste y tiempo posible.

– Primeras visitas

Durante las primeras visitas se realiza una historia clínica y exploración completa, con solicitud de análisis y pruebas complementarias correspondientes, en virtud de la hipótesis diagnósticas y protocolos vigentes.

En los casos de segundas visitas se valora la necesidad de nuevas pruebas complementarias, interconsulta a otros servicios, la necesidad de volver a sucesivas revisiones o su alta definitiva.

Se informa adecuada y claramente, tanto al paciente como a aquellos familiares por el autorizados, de su patología, sus diferentes opciones terapéuticas y de las posibles implicaciones pronosticas.

Se expiden recetas médicas, debidamente cumplimentadas, formulas magistrales. Esta área de consultas puede situarse en centros de especialidades o en hospitales. En ella se atienden problemas de primera consulta derivados de Atención Primaria o consultas de otros especialistas.

– Atención continuada de urgencias hospitalarias

Puede ser localizada o de presencia. El especialista dispondrá de todos los recursos del Servicio para esta atención, así como los que el hospital disponga para estos casos, ya sea en consulta o en planta de hospitalización.

– Área de hospitalización

Se realizan las siguientes actividades:

Análisis del curso evolutivo de los pacientes ingresados, tanto de su patología como de su bienestar social y emocional. Incluye la petición racional, con buen aprovechamiento de los recursos, de las exploraciones complementarias necesarias para llegar al diagnóstico exacto de la patología del paciente, para el diagnóstico de las posibles complicaciones, la administración de los medios terapéuticos necesarios.

Ordenes de tratamiento diario por escrito y buena comunicación con el personal de enfermería de la unidad para una buena gestión de los recursos humanos y materiales de la misma.

Asimismo, toda modificación el tratamiento deberá ser escrita en la correspondiente historia clínica.

Informará adecuada y claramente al paciente o en su defecto a los familiares en primer grado o representantes legales del mismo si la situación clínica de este así lo requiera, de la evolución de su proceso patológico, de las posibles complicaciones y del pronóstico.

Al alta hospitalaria del paciente, el especialista proporcionará el correspondiente informe de alta indicando la necesidad o no de futuras revisiones.

Técnicas diagnósticas Hematología Aspirado médula ósea.

El examen de la médula ósea (MO) como “fábrica” de la hemopoyesis es una de las herramientas diagnósticas más antiguas y útiles en el estudio de las enfermedades hematológicas.

Su objetivo principal es el diagnóstico, la confirmación y el estadiaje de éstas, así como informar sobre el estado de la celularidad, morfología y maduración de las células hematopoyéticas.

También se ha mostrado útil en enfermedades no hematológicas como la fiebre de origen desconocido, algunas enfermedades de depósito y otros procesos con capacidad de infiltración de la MO. Es una prueba asequible, sencilla y con pocas complicaciones técnicas para el personal experimentado.

La decisión de realizar un aspirado o biopsia de médula debe hacerse después de una valoración completa de la historia clínica, exploración física y pruebas complementarias que incluya un hemograma completo con extensión de sangre periférica.

El aspirado y la biopsia son técnicas complementarias. El estudio citológico de las extensiones es más adecuado para el recuento diferencial y la morfología celular, mientras que la biopsia es el método de elección para valorar celularidad, arquitectura, fibrosis, depósitos de hierro y lesiones focales.

Por ejemplo, en los procesos hematológicos malignos (leucemias, linfomas, síndromes mieloproliferativos o mielodisplásicos), es obligado el estudio citológico de la MO para confirmar la sospecha. En los linfomas se requiere además una biopsia de médula bilateral.

La Aspiración medular consiste en puncionar y extraer sangre del interior del hueso seleccionado. La Biopsia de médula ósea consiste en puncionar y obtener un pequeño cilindro (parte) de hueso. La Aspiración medular suele realizarse en el esternón, (hueso situado en el centro del pecho) o en la cresta ilíaca posterior (parte postero-superior de la cadera).

Es recomendable el uso de agujas desechables para garantizar el afilamiento y la esterilidad. Todas las agujas disponibles en el mercado son aceptables para las crestas ilíacas. En esternón debe usarse una aguja con tope de seguridad.

Independientemente de la secuencia, se recomienda realizar aspirado y biopsia con agujas distintas y separar los pinchazos 1- 2 cm en la misma cresta para no interferir con la muestra.

Es conveniente tener un ayudante para hacer las extensiones y manipular el material mientras se completa la prueba. En primer lugar se colocará al paciente en la posición adecuada (decúbito supino en los aspirados en esternón, cresta anterior o tibia; decúbito lateral o prono en cresta posterior).

Debe hacerse con técnica estéril. Desinfectar la zona con una solución antiséptica. Abrir las agujas sobre el campo estéril, comprobar su funcionamiento y preparar jeringas de 10-20 ml de plástico para el aspirado.

En general, esta prueba provoca dolor de corta duración en el momento de la extracción. También puede sentir dolor una vez pasados los efectos de la anestesia local, que desaparece con la administración de analgésicos habituales: paracetamol, ibuprofeno…

Cualquier actuación médica tiene riesgos. La mayor parte de las veces los riesgos no se materializan, y la intervención no produce daños o efectos secundarios indeseables. Pero a veces no es así. Por eso es importante que usted conozca los riesgos que pueden aparecer en este proceso o intervención.

Ambas pruebas: Aspirado y/o Biopsia suelen ser bien toleradas y no hay evidencia de complicaciones serias.

Los más frecuentes:

Puede producir dolor moderado y pasajero, así como un pequeño sangrado o hematoma en la zona de punción.

Los más graves:

Otras complicaciones posibles, pero excepcionales son:

  • Que se produzca un hematoma de mayor tamaño que comprima y/o irrite algún nervio cercano.
  • Que se produzca una infección en la zona de punción.
  • Que se produzca una rotura de la aguja empleada para la realización de la punción o biopsia.
  • Que existan reacciones alérgicas al anestésico local u otro material empleado en la técnica.

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